El Cementerio Municipal de Huáñec.
Desde
la refundación de Huáñec en 1572 hasta 1876, el cementerio de la ciudad o
panteón, se ubicaba en la Plaza Chica, al costado de la iglesia, en donde hoy
está el Jardín de la Infancia y delante de él. Los personajes importantes eran
enterrados delante de la iglesia y los de mayor jerarquía dentro del templo y
en el Altar Mayor. En 1876, aproximadamente, el alcalde de Huáñec don Fabián Ricra Ricra
mandó a construir el nuevo camposanto en “Shuncol”, en las afueras del pueblo,
cumpliendo disposiciones gubernamentales, para una mejor higiene. En la
edificación de este nuevo cementerio, participaron ciudadanos de Huáñec, San Joaquín
y Cochas, por lo que cuando fallecían dichas personas de los pueblos vecinos, eran
enterrados en Huáñec, porque dijeron a sus familiares, que ellos también lo
habían construido. Al comienzo se enterraban en el suelo –Tumba- colocándoles
solo una cruz, hubieron pocos nichos; aún existían especie de catacumbas o mausoleos
subterráneos que conocí por 1957. Esto ocurrió hasta la década del 60 en que se
construyeron nuevos nichos y pabellones.
El
cementerio fue ampliado hacia la parte posterior en el periodo del Alcalde
Julio Jiménez Porras en la década del 60 del siglo pasado. El cementerio de
Huáñec es uno de los más antiguos y bellos de la provincia de Yauyos.
Actualmente
en el cementerio existen mausoleos,
para las familias de mayor poder adquisitivo; nichos en cuatro pabellones, que componen la casi totalidad de los
ocupantes; y la Casa Santa, especie
de fosa común, donde se deja los restos de quienes no tuvieron dinero para
comprar un nicho y, donde se depositan también los cadáveres de personas desconocidas.

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